produciendo una serie de cambios en nuestro organismo
que pueden hacer que se incremente la susceptibilidad a padecer algunas
enfermedades.
Pero el hecho de que tengamos un
familiar mayor y padezca algún tipo de enfermedad, leve o grave, no implica que
la alimentación o cualquier otro cuidado sea secundario, todo lo contrario, es
esencial llevar una correcta alimentación y una elección de alimentos concreto
para ayudar y prevenir posibles dolencias.
En primer lugar, decir que
conforme avanza la edad se produce un aumento de grasa y una pérdida de
musculatura en nuestro organismo, además de alteraciones en el tubo digestivo,
disminuyendo su capacidad de absorción de vitaminas y oligoelementos es cierto,
pero no por ello debamos conformarnos y esperar a que todos estos cambios no
afecten de forma importante.
También hay que tener en cuenta
que las dificultades en la alimentación de las personas mayores pueden ser
debidas a alteraciones de la dentición, la pérdida en la capacidad para oler y saborear
los alimentos, problemas de deglución o a un enlentecimiento del vaciamiento
gástrico. Todas estas dificultades no pueden afectarnos de primera mano, por
ello, es importante tenerlas en cuenta para poder establecer una dieta
nutritiva para nuestro organismo, teniendo en cuenta dichas deficiencias y
nuestras necesidades. Comer sano, elegir los alimentos más adecuados llenos de
nutrientes y preparados de manera correcta, nos pueden ayudar a digerirlos
bien, sin demasiadas molestias y además descubriendo, por qué no, nuevos sabores.
Además, masticar los alimentos de
forma adecuada es fundamental para poder seguir una dieta sana, por ello es
necesario el cuidado de la dentadura, aconsejándose comer alimentos de fácil
masticación. Se van perdiendo piezas dentales, generalmente debidas a
enfermedades periodontales y a la falta de calcio y vitamina D. Todo ello hace
que se intenten evitar alimentos de difícil masticación como frutas y hortalizas,
lo que lleva a un menor consumo de fibra y, por tanto, problemas de
estreñimiento. Por ello se recomienda la ingesta de fibra para evitar ciertas
disfunciones intestinales como la diverticulosis de colon, tener una mejor
tolerancia a la glucosa y disminuir los niveles de colesterol.
Todos estos apuntes solo nos
tienen que llevar a pensar en nuevos tipos de preparación alimenticia donde se
puedan ingerir aquellas verduras y frutas necesarias diariamente, pero de manera
que no nos perjudiquen utilizando las nuevas técnicas de purés, smoothies, cremas, etc… todo es válido
si es para nuestra salud y siempre hay opciones para cualquier problema.
También cabe citar la pérdida de
la capacidad gustativa, fundamentalmente a nivel de las papilas gustativas de
la lengua, encargadas de detectar el sabor dulce y salado, lo que hace que
disminuya el placer a la hora de comer y el interés por los alimentos pero hay
edulcorantes naturales que incentivan dichos sabores y que pueden ayudar a
percibirlos de nuevo aunque con algo menos de intensidad pero siempre de manera
sana sin alterar ningún problema físico. La sal no es beneficiosa para según qué
edades y que dolencias pero hay sal de verduras que ayuda a realzar el sabor de
los alimentos sin afectar al organismo y sin producir retenciones de líquidos
ni subidas de tensión.
Los huesos también sufren un
desgaste progresivo con los años, lo que conlleva a un mayor riesgo de
osteoporosis y fracturas. Por ello hay que cuidar la ingesta de calcio con una
dieta rica en lácteos y, si es necesario, complementar la dieta con
suplementos. Todo esto, además, acompañado del ejercicio físico adecuado a su
edad. La prevención es esencial y buscar algún ejercicio adecuado también lo
es. No podemos aceptar un estado sin movernos ni querer buscar soluciones, hay
que ver qué es lo que podemos hacer, a que podemos adecuarnos y diseñar ese
ejercicio a nuestras condiciones físicas abordándolo como un nuevo reto no como
una vergüenza o como última opción. Nunca hay últimas opciones.
Por último, decir que el consumo
de medicamentos, tan frecuente en esta edad, puede afectar a la alimentación de
muy diversas formas. Por ejemplo, induciendo la pérdida o el estímulo del
apetito o actuando sobre la ingesta mediante la alteración del gusto,
provocando náuseas o vómitos, lesionando la superficie de absorción intestinal.
No podemos automedicarnos y debemos hacer lo imposible por sustituir un
medicamento por alimentos, ejercicio, esfuerzo, etc… siempre hablado con el médico
y siempre como búsqueda de alternativas antes que un medicamento que puede
perjudicarnos a la vez que curarnos.
Se debe intentar que las personas
mayores, las que puedan, se cocinen su comida y coman con compañía, ya que esto
está demostrado que les ayuda a mantener no sólo un mejor estado nutricional,
sino que también influye en su estado de ánimo. Hay que buscar una variedad en
las comidas donde las verduras, frutas y proteína estén siempre presentes.
No se debe descuidar una buena
hidratación en las personas de la tercera edad, sobre todo en verano, cuando
muchas veces no se acuerdan de beber agua. No hay que olvidar que con la edad
nos hacemos más susceptibles a los daños que pueden provocar en nuestro cuerpo
las temperaturas elevadas. Por todo esto es de suma importancia seguir unos
hábitos de vida saludables, que incluyen, por supuesto, los alimentarios,
consumiendo dietas equilibradas, con una gran variedad de alimentos.
El ingerir líquidos no tiene
siempre que ser agua, porque aburre pero si se pueden introducir tisanas de
hierbas que aporten beneficios, jugos naturales, tés, etc… en la variedad está
el secreto de que nos apetezca probar sabores sin ser conscientes que la
ingesta real es de líquido, fundamental para nuestra hidratación y para ayudar
a evacuar mejor.
Es muy recomendable en las
personas mayores el consumo de frutas y verduras, tal y como comente anteriormente,
sin ingerir excesos en proteínas y utilizar el pescado como fuente de omega 3,
como inductor de la respuesta defensiva.
El cerebro, para un correcto
funcionamiento, requiere no sólo de un aporte suficiente de glucosa sino
también de ciertas vitaminas, concretamente del complejo B, por lo que su
déficit puede dar lugar a deterioros neurológicos progresivos. Esta es otra de
las causas por lo que se recomienda una dieta sana y completa.
Es muy recomendable realizar
actividad física de forma moderada diariamente. Hay que olvidar la idea de que
la edad es una contraindicación para practicar ejercicio físico. La clave está
en realizar el más adecuado en relación a la edad. Tampoco hay que hacer
grandes hazañas deportivas, basta desde un simple paseo diario hasta la
práctica de algunos deportes como la natación, las caminatas, la bicicleta o la
gimnasia, todas ellas realizadas de forma no competitiva. No hay que olvidar
que algunas actividades sociales pueden suplir a las actividades deportivas, el
ejemplo lo tenemos con el baile.
Todos estos apuntes son tenidos
en cuenta en Proveedor de servicios para el Hogar. Apuntes que son transmitidos
a nuestro personal para ser aplicados debidamente, haciendo tantas consultas
como necesidades surjan. Es parte de la profesión, es parte de nuestra
responsabilidad empresarial, el que nuestros servicios vayan abalados por
profesiones preparados y por asesoramiento continuo.
Montserrat A
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