
Pero me gustaría dar a conocer
los cinco errores más comunes que pueden llevar a tomar una decisión inadecuada
y que, con un poco de cuidado podrían evitarse:
1. Optar por una residencia para la tercera edad cuando realmente no es la mejor opción.
Resulta muy normal que, una vez
el mayor ingresa en la residencia geriátrica la familia se sienta
culpable. En el fondo piensan que podrían haber cuidado al padre (o
madre, o abuela anciana) en casa, y se sienten mal por lo que perciben como un
abandono.
Este sentimiento también lo tiene
el anciano, a veces, pero es infundado: Si tomamos a todas las personas de más
de 65 años y los datos de dependencia y discapacidad, alrededor de un 5%
recibirán la mejor atención en una residencia, el resto podría vivir
perfectamente en un domicilio, si cuenta con apoyo de su familia y/o servicios
como PROVEEDOR DE SERVICIOS PARA EL HOGAR, recibiendo cuidados personalizados y
profesionales dentro del entorno familiar o habitual, no causando trastorno a
la persona dependiente.
En España hay, más o menos 4
plazas en residencias por cada 100 personas mayores, eso hace suponer que el
trato totalmente adecuado por parte de los profesionales dentro de un
geriátrico no son suficientes ni tan personalizados, haciendo sentir a nuestras
personas queridas como un número más, cuando estamos frente a una etapa de la
vida, donde el cariño, la atención y el amor es la principal medicina.
2. “Quedarse con la primera opción”
El problema de encontrar solución
al cuidado de nuestras personas mayores es vivido de forma acuciante los familiares
de la persona mayor pueden caer en la tentación de tomar el camino fácil: pedir
consejo a algún amigo o a un profesional y quedarse en la primera residencia
que visitan.
En España hay más de 4.000
residencias geriátricas con un gran abanico de tamaños, servicios, sistemas de
cuidado y precio. Por eso, sería conveniente utilizar, además de los contactos
y amistades, una herramienta de búsqueda de plazas libres en residencias
Para tomar una decisión adecuada
sería recomendable seleccionar y visitar como mínimo tres centros residenciales
antes de tomar la decisión.
Pero no hay que descartar otras
soluciones menos agresivas para la persona dependiente, como los servicios de
PROVEEDOR DE SERVICIOS PARA EL HOGAR, donde seguramente, podrán encontrar soluciones
adecuadas a precios razonables sin someter a la persona dependiente a un cambio
radicar el su vida
La visita a los diferentes
centros geriátricos es así fundamental por lo que recomendamos bajarse de
internet algún guion de ayuda para comparar residencias que nos permita anotar
lo que verdaderamente es relevante.
.
3. Las falsas expectativas
A pesar de que la mayor parte de
personas que viven en una residencia geriátrica en España se encuentran bien y
así lo manifiestan en las encuestas de satisfacción, en ocasiones los
familiares se sienten defraudados porque la residencia no son lo que ellos
esperaban.
Una residencia para la tercera
edad es un sustituto del hogar donde las personas mayores reciben servicios de
apoyo a las actividades de la vida diaria .
Aunque muchas ofrezcan algún servicio médico y sanitario, las personas
mayores que viven en una residencia para la 3ª edad no están en un hospital.
Las familias que piensen que su
familiar será visitado diariamente por un médico o controlado en todas sus
constantes de forma continuada deberán asegurarse de que la residencia que
elijan ofrece esos servicios o acabarán sintiéndose defraudados.
La familia continua teniendo un
papel fundamental una vez el anciano dependiente ingresa en la residencia de
mayores. Es muy importante que visite lo
más a menudo posible a su familiar mayor, que atienda los requerimientos de la
residencia y que disponga quién acompañará al residente si hay que acudir a
visitas médicas hospitalarias o de otro tipo fuera de la residencia.
Salvo que la residencia lo ofrezca de forma expresa, los
acompañamientos fuera del centro no están incluidos en sus servicios.
Además, la residencia geriátrica
es un centro abierto de forma que, con excepción de casos en que el mayor sufra
demencia u otra afección que haga peligrosas las salidas, los residentes pueden
entrar y salir del centro a voluntad. En
la medida en que el centro es abierto, la residencia deberá seguir unos
trámites que pueden requerir la intervención de un Juez, cuando alguien, por su
propio bien, no pueda salir.
Es muy importante saber qué es
una residencia de mayores, algo importante porque según las condiciones
generales y el pago, quizás utilizar otro tipo de servicio que no sea una
residencia de 3º edad sería más aconsejable y algo más económico sin olvidar
que la atención sería más personalizada, ofreciendo hogar y calidez a la
persona mayor. Eso se puede conseguir utilizando servicios como los que ofrece
PROVEEDOR DE SERVICIOS PARA EL HOGAR.
4. No leer el contrato y el reglamento de régimen interior
Todas las residencias (da igual
que se presenten como geriátricos, para la tercera edad, mayores, ancianos o
con cualquier otra denominación) están obligadas a firmar un contrato con los
residentes y sus representantes/familiares (si
los mayores no pueden decidir por sí mismos).
Dependiendo de la residencia, el
contrato puede tener más o menos página y puede estar escrito de una forma más
clara o compleja.
Sea como sea, el contrato
establece cuestiones tan importantes como:
El precio de la residencia.
Cómo se incrementará el precio en
el tiempo. Esto puede incluir el IPC o
cláusulas que permiten cobrar más si la persona empeora en su estado.
Qué incluye el precio y qué
no: Suele haber servicios no incluidos
como la peluquería, la podología, el lavado de alguna ropa delicada, las
salidas fuera del centro.
Si se aplica algún descuento
durante el tiempo que el residente pueda estar ingresado en un hospital o desee
irse de vacaciones fuera del centro.
Las condiciones de alta y baja en
el centro
Cuáles son las causas que pueden
generar que el residente pueda ser expulsado del centro.
Si existe obligación de pre
avisar con antelación la decisión de dejar el centro.
La existencia de un periodo de
prueba
Además hay un Reglamento de
Régimen Interior que contiene, entre otras cosas el horario de vida del centro;
el horario de visitas y otros aspectos de funcionamiento.
No haber leído y entendido estos
documentos antes de ingresar puede provocar malentendidos ya que la residencia
considerará que lo que hay en el Reglamento es conocido por los residentes y
familiares.
Un buen consejo es leer
conjuntamente con el director de la residencia, o la persona que nos esté
atendiendo, ambos documentos y plantear
en ese momento las dudas.
5. No tener en cuenta la voluntad de la persona mayor que ingresará
Aunque parezca una tontería ya
que mucha gente lo daría por supuesto, lo más importante a la hora de decidir
el ingreso en una residencia geriátrica es la decisión de la persona mayor que
va a ingresar.
Sin embargo, puede suceder que
todos vean claro que hay que ingresar a la abuelo/a menos la abuelo/a misma.
Hay que entender que dejar el
domicilio para ingresar en un centro geriátrico es un cambio importantísimo y
es lógico que la persona lo vea como algo negativo e irreversible.
La solución, como en casi todos
los problemas, es hablar sinceramente y entenderse. El mayor debería visitar la residencia antes
del ingreso, debería explicarse en detalle las condiciones de vida y deberíamos
entender que la decisión le cueste.
Sabemos que en el fondo lo que le gustaría es “no necesitar una
residencia”.
Cuando la persona anciana sufre
alguna demencia, como la enfermedad de Alzheimer, debemos saber qué piensa “en
la medida de lo posible”. Es bueno
ofrecer opciones siempre que se pueda y, cuando no, pensar en lo que le
preferiría si mantuviese la capacidad.
El engaño o el chantaje emocional
son muy malos sistemas ya que el mayor que ingresa en la residencia pensando
que sólo parará un mes porque “se lo han dicho los hijos”, acabará sufriendo
cuando descubra que le han mentido.
Para quien lea este post, un
último consejo. Las normativas,
exigencias y requisitos sobre atención a mayores varían de una comunidad autónoma.
Por ello cualquier sugerencia, normativa puede ser susceptible de cambios
dependiendo de la comunidad autónoma.
No hay que olvidar nunca, que hablamos de personas y que en caso de decidir por una residencia, hay que visitarles, hay que inspeccionar el lugar, al anciano, en definitiva, hacer un reconocimiento semanal para verificar en todo momento que los cuidados son los adecuados y el lugar el ideal.
Parte
del texto de este post ha sido desarrollado por Josep de Marti.
Montserrat A
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